Por: Miguel Angel Trujillo

Este viernes se desarrolló la audiencia número 41 del juicio contra el expresidente Álvaro Uribe, marcada por testimonios que podrían ser decisivos.

El juicio contra Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia, continúa avanzando con la celebración de la audiencia número 41, donde el abogado Wílser Darío Molina, alcalde de Amagá y testigo de la defensa, tomó la palabra en primer lugar. Este proceso, que ha capturado la atención nacional, investiga a Uribe por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.

Durante su intervención, Molina habló sobre su relación con Luis Arnulfo Tuberquia, alias Memín, exparamilitar, y mencionó una supuesta visita del senador Iván Cepeda a exmiembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Según Molina, Cepeda buscaba que estos testificaran contra Uribe, lo que la defensa del expresidente interpreta como parte de una campaña de desprestigio en su contra.

Además de Molina, la jornada incluyó la expectativa de escuchar a Hilda Niño, exfiscal, quien alega que hubo un complot en la Fiscalía General para perjudicar a Uribe durante la administración de Eduardo Montealegre. También se espera el testimonio de otros implicados como Gabriel Muñoz Ramírez, alias Castañeda, y Leonardo de Jesús Agudelo, que podrían aportar más luz sobre las acusaciones.

Este caso no solo es relevante por involucrar a una figura prominente como Álvaro Uribe, sino también por las implicaciones que tiene sobre la justicia y la política en Colombia. La manera en que se desarrolle podría tener efectos significativos en la percepción pública del sistema judicial y en la estabilidad política del país, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones es crítica.