Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Nueva encuesta revela un panorama electoral fragmentado en la Región Caribe, con un alto porcentaje de indecisos de cara a las presidenciales de 2026. El petrismo lidera, pero con apoyo limitado; el centro sorprende con candidatos fuertes, mientras la derecha se muestra dividida.

Una encuesta telefónica realizada entre el 26 y el 31 de mayo de 2025 en los ocho departamentos de la Región Caribe colombiana, y publicada el 4 de junio, arroja luz sobre las preferencias electorales de cara a las consultas interpartidistas de marzo de 2026. La muestra de 4.315 entrevistas distribuidas en diferentes poblaciones, buscaba medir la intención de voto para las primarias presidenciales. Los resultados muestran una compleja realidad política en la región.


La encuesta destaca la fragmentación del voto, reflejada en el liderazgo del petrismo (24.57%) pero con un candidato destacado, Gustavo Bolívar, que obtiene solo el 25.87% de la intención de voto individual. El centro político, con un 5.44% de apoyo a la consulta, sorprende con figuras como Sergio Fajardo y Juan Manuel Galán, quienes gozan de alta popularidad individual. En cuanto a la derecha, el 17.36% se distribuye entre varios precandidatos, sin un claro dominador.


Gustavo Bolívar, figura principal del petrismo, se pronunció sobre los resultados afirmando que "el trabajo continúa" para consolidar el apoyo en la región. En contraste, Sergio Fajardo, en declaraciones a la prensa, enfatizó la importancia de construir un frente amplio para el centro. Ninguno de los precandidatos de la derecha ha realizado declaraciones públicas a raíz de esta encuesta.


Esta encuesta refleja una profunda división del electorado caribeño, con más del 52% de los encuestados sin inclinación por ninguna consulta o sin definir su voto. Esta apatía e indecisión abren un espacio considerable para posibles emergentes políticos o nuevas alianzas. Las consecuencias pueden ser impredecibles en la definición del escenario político nacional para las elecciones de 2026, especialmente en una región históricamente decisiva en la contienda presidencial. La necesidad de propuestas contundentes y una mayor conexión con la población se presentan como retos urgentes para todos los sectores políticos.