Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

El ministro de Defensa de Colombia celebró la liberación de Lyan Hortúa, de 11 años, cuya separación del hogar conmovió al país.

El retorno de Lyan Hortúa a su hogar ha sido recibido con júbilo nacional. El menor, que fue separado de su familia en circunstancias que alarmaron a la comunidad, representa ahora un símbolo de la lucha por los derechos de los niños en Colombia. En un mensaje lleno de emotividad, el ministro de Defensa destacó este evento como una "victoria colectiva".

En su comunicación, el ministro no solo celebró el regreso de Lyan, sino que también reconoció el esfuerzo de las instituciones y personas involucradas. "Desde el corazón de nuestras Fuerzas y con el alma de la patria entera: ¡Bienvenido a la libertad, Lyan! Hoy celebramos la vida, la esperanza y el reencuentro," expresó el ministro, subrayando el papel crucial de la Defensoría del Pueblo en la mediación.

La operación de rescate fue delicada, gestionada con la máxima precaución para garantizar la seguridad del menor. La Defensoría del Pueblo jugó un papel fundamental, coordinando con las Fuerzas Militares y la Policía Nacional para asegurar un desenlace sin contratiempos. El ministro extendió su gratitud hacia todos los que participaron y ofreció un mensaje de solidaridad a la familia de Lyan.

Este caso ha reavivado el debate sobre la protección de los derechos de la infancia en Colombia, especialmente en áreas afectadas por conflictos y violencia. La situación de Lyan pone de relieve la urgencia de priorizar y fortalecer las políticas de protección infantil en el país, asegurando que la seguridad y el bienestar de los niños estén al frente de cada agenda política y social.