Por: karol Yulieth Lopéz león

La carta de Álvaro Leyva a Gustavo Petro, cargada de acusaciones y calificativos fuertes, detona una grave crisis política en Colombia. El excanciller acusa al presidente de abuso de poder y cuestiona su salud mental.

Desde finales de mayo, la tensión entre ambos personajes públicos ha escalado a niveles inéditos, generando una profunda polarización en el país. Las cartas públicas de Leyva, escritas desde Varsovia, han desatado una guerra abierta de acusaciones.


La creciente fricción entre el presidente Gustavo Petro y su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, ha llegado a su punto más álgido con la publicación de una carta, fechada a finales de mayo desde Varsovia, en la cual Leyva no escatima en críticas feroces hacia el mandatario. Esta situación se inserta en un contexto de tensión política que se ha venido intensificando desde abril. El desacuerdo entre ambos ha trascendido las diferencias políticas comunes, alcanzando un tono personal e hiriente.


Las cartas, en las que Leyva utiliza frases como "usted está mal. Muy mal. Ya no se mide. Perdió los estribos", acusan a Petro de abuso de poder e incluso sugieren un posible autogolpe de estado. Petro, por su parte, ha respondido con igual dureza, calificando a Leyva de "víbora" e insinuando su participación en un complot internacional en el que menciona al congresista estadounidense Mario Díaz-Balart. Estas acusaciones, publicadas en varios medios, han generado un debate nacional intenso.


El conflicto entre Leyva y Petro no es solo una disputa personal; se desarrolla en el escenario político colombiano, dentro del contexto institucional del gobierno y con importantes implicaciones para el "espacio democrático". La disputa refleja una fractura profunda en el Pacto Histórico y la falta de espacios para el diálogo y la conciliación en la política colombiana. La carta desde Varsovia, escrita en un tono personal, ha desbordado el cauce de la discrepancia política y exacerba la polarización del país.


La situación es crítica. Las fuertes acusaciones mutuas, la falta de diálogo y la respuesta agresiva del presidente, generan una gran incertidumbre sobre el futuro político de Colombia y ponen en entredicho la estabilidad institucional. La ruptura entre dos figuras clave del gobierno de Petro deja al descubierto una crisis política grave con consecuencias aún impredecibles para el país.