Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

El presidente Gustavo Petro anunció por decreto una consulta popular, generando fuertes críticas y un terremoto político en el país. El exministro Luis Carlos Reyes comparó la acción con la compra de votos.

El martes 3 de junio, el presidente Petro sorprendió al país al anunciar en cadena nacional su decisión de convocar una consulta popular mediante decreto, argumentando irregularidades en el Senado. Esta medida fue inmediatamente criticada por el exministro Reyes, quien la tildó de antiética. La decisión presidencial ha generado una profunda división en el espectro político colombiano.

La decisión presidencial se tomó tras el hundimiento de la proposición de consulta popular en el Senado el 14 de mayo. Petro responsabilizó al presidente del Senado, Efraín Cepeda, y al senador Édgar Díaz Contreras, por lo que considera una “vagabundería” y maniobras ilegítimas durante la votación. El actual ministro del Interior, Armando Benedetti, es uno de los principales impulsores de esta consulta popular.

El exministro Luis Carlos Reyes, a través de redes sociales, expresó su fuerte rechazo a la decisión presidencial. Reyes comparó la acción de Petro con las acusaciones de compra de votos que pesan sobre el exministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, cuestionando la ética del gobierno al “romper las reglas por una buena causa”. Sus palabras avivaron aún más el debate.

El anuncio presidencial desató una crisis política sin precedentes. La decisión de Petro de recurrir al decreto para convocar una consulta popular, saltándose el procedimiento legislativo, genera un grave precedente sobre el respeto a la institucionalidad. Las consecuencias a largo plazo son impredecibles, pero sin duda profundizan las fracturas entre el gobierno, el Congreso y la sociedad colombiana. La decisión también revela las profundas fisuras dentro del propio gobierno y su ex coalición.